Ya lo sé, estarás pensando. No me malinterpretes, sé que sabes que los currículums no son folletos pero me has de reconocer que en muchas ocasiones se crean y reparten como si lo fuesen.
Una hora de reloj; quizás algo más si la Ofimática se nos atraganta. Un formato estándar. Una foto de carnet (mismamente la que me sobró cuando renové el DNI) y 100 fotocopias (ni siquiera copias). Ese es el proceso “manufacturero” que se repite en muchos casos. Por supuesto, hay que darle salida a las 100 fotocopias por lo que hay que repartirlos por doquier; en otros casos, 50 de ellos se quedarán en el cajón por si acaso me lo piden.
De hecho, dedicarás uno o dos días a hacer una ruta de empresas varias en las que entregar o dejar en el buzón tu currículum. Y ya está, más no se puede hacer, ¿verdad?
¿Te suena?
En algunos casos este proceso puede funcionar; generalmente lo hará porque ya te conocen y tu currículum simplemente se recoge para obtener datos personales.
El proceso de búsqueda de empleo es mucho más que eso y requiere de otro tipo de hábitos para conseguir nuestro objetivo profesional.
Un mismo currículums no ha de interesar necesariamente a todas las empresas; cada una de ellas solicita un perfil profesional diferente y por tanto, quiere candidaturas que respondan a sus necesidades. Hay ciertos datos, experiencias o formaciones que no les interesan y en muchos casos ven con desconfianza currículums estándar nada personalizados y poco atractivos. Supongo que pensarán algo así como “¡Qué poco interés!”.
Quédate con esta idea; el currículum te presenta y representa ¿Quieres parecer uno más? Ya sabes cómo hacerlo. ¿Quieres diferenciarte y dar una imagen más fiel de tu perfil profesional? Pues entonces dedícale tiempo a la elaboración de tu currículum y adapta cada uno de ellos a los procesos de selección a los que te presentes.
Cuando tengas tu currículum acorde a lo que quieres transmitir hazlo llegar a las empresas y contactos que sean de tu interés. En este sentido cabe destacar que la búsqueda de empleo no sólo se basa en “contestar” a ofertas de empleo sino también en ser proactivo y generar autocandidaturas. Se trata por tanto de que presentes tu candidatura en organizaciones que, aunque en este momento no hayan lanzado una oferta de empleo, pueden estar interesados en tu perfil. Cabe la posibilidad de que estén buscando profesionales como tú pero no lo hayan hecho público.
¿Qué les puede interesar? Sencillamente puede ser que tu conocimiento y experiencia les pueda aportar soluciones a su problemática actual o les puede generar información y perspectiva para proyectos futuros.
No es un folleto, no es un documento, no es un simple papel; es una herramienta profesional.