El proceso de búsqueda de empleo está notablemente influenciado por la comunicación. Es imposible no comunicarnos; lo hacemos constantemente. El proceso de búsqueda de empleo es un proceso comunicativo en el que a través de diferentes canales un candidato o candidata transmite mensajes vinculados a su perfil personal y profesional. El objetivo; ser seleccionad@.
Nos comunicamos a través del currículum, a través de las redes sociales y profesionales, a través de la carta de presentación y, por supuesto, en y a través de la entrevista de trabajo. Tampoco podemos olvidar que en nuestro entorno constantemente nos estamos comunicando y transmitiendo una imagen que puede ser relevante a nivel profesional.
Son muchas las ocasiones en las que nos podemos sentir atacados, agobiados o bloqueados ante comentarios ajenos. Algunas preguntas o comentarios de las entrevistas de trabajo pueden suponernos todo un reto a superar. Y aquí es donde la asertividad puede ser una herramienta estrella.
Y, ¿qué es la asertividad? Podemos decir que la asertividad es la capacidad que tenemos de defender y expresar nuestros derechos y opiniones sin ofender a los demás. En definitiva, ser asertivo implica ser firme y respetuosos a la hora de expresarnos.
Muchas son las ocasiones en las que algunas personas salen de las entrevistas de trabajo con la sensación de que no han sabido defender su postura, opinión o candidatura de manera efectiva. Algun@s creerán que han respondido de forma impulsiva a determinadas preguntas o cuestiones y que quienes hacían las entrevistas podían haber creado una imagen agresiva al respecto. ¿Por qué? Porque tanto las palabras como los gestos y el tono de voz han podido percibirse como ofensivos o a la defensiva.
Por el contrario, habrá quienes hayan tenido la sensación de ser percibidos como candidatos pasivo o inhibidos a la hora de defender o argumentar opiniones. ¿Por qué? Por ejemplo, porque apenas ha habido contacto visual con el otro, porque el tono de voz ha sido excesivamente bajo, porque las frases no estaban bien construidas y hemos titubeado o dudado a la hora de expresar la idea principal.
En cualquier de los dos casos, el/la candidat@ se ha podido quedar con una sensación de malestar o insatisfacción por no haber conseguido comunicarse de forma asertiva. Cuando se nos pregunta por alguna debilidad, un error profesional cometido en el pasado o se nos hace alguna crítica con la que no estamos de acuerdo es importante saber responder asertivamente. Así, una fórmula que puede resultar eficaz es contestar en un primer momento aceptando, reconociendo o agradeciendo (en función de cada caso) la opinión o argumento del entrevistador (“Comprendo que le parezca sorprendente esta opinión, es norma…”) Posteriormente, diremos que no, comentaremos nuestra opinión o rebatiremos la idea ajena (“Pero considero que los errores ayudan a generar valor y conocimiento a una organización porque….” Toda esta argumentación siempre con palabras, voz y gestos amistosos y respetuosos. Finalmente, procuraremos cerrar nuestra intervención desde la apertura hacia la otra parte agradeciendo, mostrando interés en seguir comentando, abriendo otras posibilidades, etc. (“ De cualquier manera podríamos estar hablando de este tema durante días por lo que estoy seguro de que llegaríamos a un acuerdo”). De esta forma, acabaremos nuestro mensaje dejando buen sabor de boca. La idea principal está en saber mostrar nuestras opiniones o experiencias generando expectativas positivas y mostrándonos abiertos a la comunicación y relación.
La asertividad implica firmeza respetuosa y por lo tanto tiene muy en cuenta tanto la comunicación verbal como la no verbal. Saber expresar nuestro desacuerdo con algo o alguien utilizando las palabras adecuadas, un tono de voz y una entonación coherente y un lenguaje corporal abierto aumenta nuestras posibilidades de éxito.
Anímate a ser cada día más asertiv@.