En el post anterior hemos hablado de la importancia de las preguntas poderosas para enfocar de forma efectiva; en este post hablaremos de tres fases básicas de un proceso de coaching que podemos aplicar en el proceso de búsqueda y/o cambio de empleo.
La primera etapa nos habla de la toma de CONSCIENCIA. Y, ¿Qué es eso? Pues tener conciencia es darnos cuenta de algo y, al darnos cuenta de algo, tenemos más información. Al tomar conciencia de nuestro perfil profesional y personal identificamos aspectos tales como:
- Cuál es nuestra situación y estado actual cómo queremos estar en un futuro.
- Cuál es nuestro objetivo (explicitado de forma clara y concisa).
- Qué recursos tenemos para conseguirlo.
- Qué recursos necesitamos pero no tenemos; dónde podemos conseguirlo.
- Qué impedimentos u obstáculos nos podemos encontrar en el proceso y cómo los vamos a salvar. En este sentido podemos encontrarnos con obstáculos personales como falta de conocimientos o habilidades, gestión emocional poco constructiva o escasa resistencia a la frustración. También podemos encontrarnos con obstáculos externos como plazos cambiantes, procesos de selección anulados, competencia, etc. De alguna manera hemos de visualizar el futuro y anticiparnos para poder sobrellevar las sorpresas más o menos previstas sin que nos desvíen de nuestro objetivo.
Una vez tomada conciencia hay que decir que no dejamos de tenerla y constantemente estamos observándonos en el proceso y observando nuestro entorno. A partir de ahí viene la etapa de RESPONSABILIDAD en la que asumimos que somos los protagonistas del proceso especialmente en todo aquello que esté bajo nuestra capacidad de control. Por tanto, hemos de ser responsables de cuánto hacemos, de cómo lo hacemos y de los resultados que obtenemos tanto si son positivos como si no lo son.
Con consciencia y responsabilidad podemos asumir la tercera etapa basada en la ACCIÓN. El movimiento se demuestra andando y los objetivo se consiguen actuando; no hay otra alternativa. Así, es conveniente marcarnos pequeñas acciones que ayuden en la consecución de las metas. Por ejemplo, crear un currículum atractivo para una determinada fecha, entrenar habilidades para las entrevistas de trabajo, procurar tener pensamientos positivos y constructivos, buscar ofertas en la red todos los días, visitar x empresas al mes…Hay multitud de acciones que podemos emprender para conseguir nuestros objetivos; unas pueden tener (aparentemente) más impacto que otras pero no debemos olvidarnos de los pequeños detalles porque son ellos los que marcan la diferencia.
De alguna manera podemos ser nuestro propio entrenador o coach en el mundo profesional; basta con ir practicando las herramientas que hemos visto y no perder de vista nuestro objetivo. Acuérdate de preguntarte periódicamente cómo estás y qué puedes hacer para estar mejor. Hazlo desde el cariño y el respeto a ti mism@ y así obtendrás respuestas respetuosas y cariñosas.