Suena drástico, lo sé. Lo cierto es que nuestra relación con el tiempo parece que no se acaba de consolidar. Son muchas las personas que están inquietas por este tema y buscan talleres y formaciones que arrojen un poco de luz en su planificación del día a día. Y, por qué no decirlo, aporten un poco de paz al descanso nocturno.
Sabemos, claro que sabemos, que el tiempo es un recurso limitado e inflexible pero a la hora de la práctica, los segundos, los minutos y las horas se resbalan de entre nuestras manos para caer en quién sabe qué saco roto. Y volvemos a empezar; mañana o el lunes son las excusas perfectas para darnos otra oportunidad en nuestra relación con el tiempo.
Si de verdad queremos conseguir algo, una de nuestras acciones ha de ir enfocada hacia el tiempo y nuestra relación con él. El tiempo no es un enemigo cuya única función es la de consumirnos y generarnos insatisfacciones. Claro que no, el tiempo es una continua OPORTUNIDAD de llegar y conseguir lo que deseamos.
Siempre habrá más cosas que hacer que tiempo disponible pero esa no es la clave para enfocar el reto. Se trata de pensar cuáles son las cosas que QUEREMOS HACER (no tanto las que “tenemos que hacer”). Se trata de saber qué es importante a la hora de conseguir nuestro objetivo y dentro de lo importante qué es y qué no es urgente.
Habrás oído hablar de la matriz de Dwight D. Eisenhower popularizada por Covey en su libro “Los 7 Hábitos de la Gente Altamente Efectiva”. En esta matriz se habla de los siguientes cuadrantes:
- Cuadrante de lo URGENTE E IMPORTANTE: Éstas serán las tareas prioritarias porque surgen fruto de situaciones de crisis o necesidades urgentes que tienen fechas de vencimiento próximas. Aplicado a la búsqueda de empleo, en este cuadrante encajarían tareas tales como enviar un currículum a un proceso de selección que finaliza inminentemente.
- Cuadrante de lo IMPORTANTE Y NO URGENTE: Son tareas cuya realización es una “inversión” importante en nuestro objetivo. En el proceso de búsqueda de empleo encontramos acciones como elaborar un buen currículum, preparar una entrevista de trabajo, formarnos en determinadas áreas o acudir a determinados actos vinculados con el empleo.
- Cuadrante de lo URGENTE Y NO IMPORTANTE: Son actividades que interrumpen y alteran nuestra atención hacia lo prioritario. Aunque nos puedan generar cierto interés en ese momento no nos aportan ningún valor añadido por lo que mejor delegar o posponer. Si estamos realizando nuestro currículum debemos evitar distraernos con otras tareas porque, de lo contrario, es muy probable que ninguna de las dos cosas esté bien hecha.
- Cuadrante de lo NO IMPORTANTE Y NO URGENTE: En este cuadrante entran gran variedad de tareas que en muchos casos no sólo no aportan sino que pueden restar. Por ejemplo, hay algunas llamadas, algunas conversaciones o algunas distracciones que lo único que hacen es desmotivarnos o darnos información errónea sobre lo que debemos o no hacer. También encontraríamos actividades placenteras que encajan bien en otro momento.
Siempre es adecuado saber en qué invertimos el tiempo. Después de todo, una hora pasada puede ser una hora perdida.