fbpx

Que no me pregunten por «mi caja negra»

Todos hemos oído hablar alguna vez de las famosas cajas negras. Su existencia cobra relevancia especialmente en momentos difíciles; accidentes de aviones, trenes….Curiosamente la caja negra ni es una (son tres) ni es negra (de varios colores).

Haciendo un símil podemos decir que todos tenemos nuestra caja negra y en una entrevista de trabajo quien pregunta suele querer abrirla. Es ahí donde solemos ponernos nerviosos y es ahí donde los entrevistadores suelen encontrar respuestas a sus dudas.

Al abrir nuestra una de nuestras cajitas de colores tratarán de escuchar impresiones de nuestros exjefes, excompañeros y empresas en las que hemos trabajado (sobre todo cuando se trate de empresas de competencia directa). Lo hemos comentado muchas veces pero es importante repetir que no es aconsejable hablar mal de nada ni de nadie; no lo necesitamos y nos puede traer problemas. Es fácil caer en la tentación y criticar a un exjefe con su más directa competencia pero créeme que no te será útil para conseguir tu objetivo y dará mala imagen.

Quienes nos entrevisten también estarán interesados en abrir otra de las cajas; “la unidad de adquisición de datos técnicos”. Con ella pretenderán averiguar no sólo lo que sabes sino lo que has aprendido de tus errores. Recuerda rememorar experiencias fallidas en las que por acción u omisión has cometido errores, cómo los has resuelto (si has podido hacerlo) y qué has aprendido. Si caes en la tentación de responder que nunca has cometido un fallo es posible que se lo tomen o como una mentira, como una falta de conciencia sobre el propio desempeño o como una situación inevitable en la vida profesional que si no ha sucedido sucederá ¿Estarán dispuestos a asumir el riesgo de que ese error se produzca en su compañía?

Otro posible escenario surge cuando quien pregunta hace uso de la tercera cajita “la unidad grabadora” en la cual se registran los datos.  Te dejarán hablar todo lo que quieras y te harán preguntas tan abiertas que no sabrás dónde parar y dejar al silencio como protagonista. Es ahí, en ese tipo de preguntas dónde te conocerán un poco más y podrán comprobar si algunas de tus respuestas son ciertas, coherentes o sinceras. Tus palabras y tu cuerpo te delatarán; es mejor que no mientas y que tus mensajes sean claros y concisos. Por mucho que se alarguen sus silencios no te sientas obligado a hablar más y más; si has respondido de forma clara y concisa no necesitas ni necesitan más. Con esto no te estoy diciendo que seas seco sino correcto,  concreto y siempre amable.

Todos tenemos una caja negra. Hay que trabajarla para que se convierta en nuestra mejor aliada y, no, en nuestra peor enemiga.