En los últimos tiempos se habla mucho de las competencias transversales y su importancia en el perfil de un buen profesional.
Por competencias transversales entendemos aquellas capacidades, habilidades y aptitudes que nos hacen eficaces a nivel profesional. Así, podemos destacar que:
- Sirven para todas las profesiones (de ahí el término trasversal).
- Hacen posible que se transforme el conocimiento en comportamiento. Se trata de poner en práctica el conocimiento, la experiencia y capacidades necesarias para el buen desarrollo de una actividad.
- Incluyen rasgos y valores personales. El obrar de un profesional está determinado no solo por sus conocimientos y experiencias sino también por sus valores y personalidad.
- Son capacidades más que necesarias en un ambiente cambiante
(ahora más que nunca) y que se usan en el día a día profesional.
- Implican autoevaluación.
- Las competencias trasversales afectan tanto a la operativa y productividad como a las relaciones interpersonales con equipos, jefes, clientes, etc.
Dentro de las competencias trasversales más nombradas y requeridas en el presente profesional destacamos:
- Capacidad de trabajo en equipo. Podemos decir que, independientemente de cuál sea nuestra profesión, todos estamos dentro de un equipo de trabajo (de mayor o menor dimensión). Hacemos equipo con compañeros de proyecto, compañeros de turno, jefes, etc.
- Comunicación. Se trata de contar con técnicas y habilidades comunicativas que generen buen clima, entendimiento, acción y resolución de posibles obstáculos. Ser conscientes y trabajar nuestra comunicación verbal y no verbal mejora nuestras relaciones profesionales así como las posibilidades de encontrar empleo o ascender.
- Orientación hacia el aprendizaje continuo. En este sentido también se incluye la capacidad de desaprender. Nuestro conocimiento y proceder pueden quedarse obsoletos rápidamente e incluso puede que sean contrarios a lo que se requiere. Así, es importante “desprogramarnos” y/o “reprogramarnos” para aprender y mejorar profesionalmente.
- Adaptabilidad/Flexibilidad. Pocas certezas hay en el mundo laboral
(y en el personal). Una de ellas puede estar en que estamos en cambio continuo. Ser consciente de ello y adaptarse de forma flexible es característico de un profesional inteligente que, sin perder su esencia y valor, sabe coger el paso que se marca. No se trata de cambiar sino de añadir valor a lo que sabemos y hacemos dando respuesta a las necesidades actuales del mercado. Ya sabes, sé flexible y resistente como un junco.
- Orientación al logro. Parece obvio incidir en la importancia de trabajar para conseguir los objetivos pero resulta necesario hacerlo si tenemos en cuenta que en demasiadas ocasiones nos despistamos y desviamos del camino con distracciones que nada tienen que ver con el resultado. Tener muy presente el objetivo e incluso visualizarlo ayuda a gestionar mejor el tiempo y centrarnos en acciones que nos lleven a donde queremos.
- Iniciativa. Sé tú quien decida y emprenda la acción ante alguna necesidad. Observa y atiende a las circunstancias, concéntrate en los objetivos, valora acciones y resultados y (si está dentro tus posibilidades) emprende la acción. Se responsable de tus actos y asume las consecuencias de los mismos.
Las competencias transversales pueden tener un componente innato pero cabe destacar que, sobre todo, lo que se puede y debe hacer es adquirir y desarrollarlas.
Ten iniciativa y adáptate al mercado; trabaja tus competencias.