Suele ser una respuesta típica a otra pregunta típica ¿Cómo te definirías? Parece que alguien grabó a fuego que eso de que ser puntual es uno de los parámetros fundamentales a la hora de decidir sobre una candidatura; tanto que se ha vuelto algo tan típico como poco creíble.
Seguimos sin ser conscientes de que las palabras se las lleva el viento y que de nada sirve repetir como un mantra lo puntuales que somos si acabamos de llegar tarde a una entrevista, reunión o presentación de un trabajo. Corres el riesgo de parecer que te estás burlando de la otra persona.
La puntualidad no es una habilidad ni una acción, es un hábito sujeto a factores que se escapan a nuestro control; problemas en el tráfico, acontecimientos de última hora, etc.
Si tenemos la tentación de proclamarnos puntuales que sea con el mínimo aval de haberlo sido en muchas ocasiones en general y en ese mismo encuentro en particular.
Dicho esto y, a la vista de lo que sucede en el día a día cabe preguntarnos ¿Qué le lleva a una persona a ser impuntual reiteradamente? Bien es cierto que hay personas que son impuntuales en aspectos personales y son puntuales en aspectos profesionales y viceversa. Todos conocemos a alguien que tiene tendencia a llegar tarde a las citas y otras personas que suelen ser puntuales e incluso llegan antes de la hora. ¿Qué creéis que motiva estas diferencias? Hemos de tener en cuenta que el llegar a la hora en la mayoría de los casos está dentro de nuestra zona de control y en ese sentido podemos decir que la puntualidad podría ser una actitud personal. Aquellos que valoran estar o entregar algo a la hora entienden lo contrario como una falta de respeto; otras personas no le dan importancia.
¿Está subestimada la puntualidad o, por el contrario, es importante tener el hábito de la puntualidad? Muchas empresas han incorporado el horario flexible con la finalidad no sólo de posibilitar mayor conciliación sino para dar un margen de tiempo de entrada y salida a los empleados y así evitar excusas y desvíos temporales.
Independientemente de percepciones personales hemos de tener en cuenta que el tiempo es un recurso de valor incalculable y que, si tenemos tendencia a ser impuntuales, de alguna manera podemos estar menospreciando el tiempo de los demás y generar consecuencias poco adaptativas al medio.
El compromiso es un valor en alza en la organización y una de las formas de demostrarlo es respetando los tiempos antes pactados (en la medida en que honestamente se pueda).
¿Para qué ser puntual?
- Para dar trato adecuado al interlocutor/a; valoras su tiempo.
- Para una mejor organización y planificación del tiempo.
- Para el fluido desarrollo de proyectos laborales en los que intervienen otras personas.
- Para trabajar mejor en equipo.
- Para evitar dispersiones o alteraciones que reduzcan nuestra atención.
- Para evitar malos entendidos o discusiones.
Actualmente, el mundo laboral y la puntualidad van de la mano; ser o no ser profesional puede tener mucho que ver con éste hábito. Cuídalo.